La senadora Cristina Kirchner recibió hoy en su casa a la ex presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. «Un entrañable encuentro», así lo calificó CFK luego de terminar una de las semanas más dura de los últimos dos años de “persecución política” en su contra. Durante el encuentro Dilma le transmitió su “solidaridad” ante los embates del juez Claudio Bonadio.
Según reveló la propia CFK, en la charla que mantuvieron en su departamento ubicado en el porteño barrio de Recoleta, analizaron la coyuntura de ambos países, donde los dirigentes opositores son “perseguidos” con procesos judiciales que apuntan a “ocultar el desastre económico” puesto en marcha por los gobiernos de Michele Temer y Mauricio Macri.
Dilma llegó a las 15 compañada por su secretario y la charla con CFK fue a solas. “Conversamos sobre la realidad que se está imponiendo en nuestros países” y, particularmente, del proceso mundialmente conocido como “Lawfare”, comentó Cristina. Esta operatoria, explicó, “consiste en la utilización del aparato judicial como arma para destruir a la política y a los líderes opositores”.
Quienes vieron de soslayo algunos tramos de la charla describieron el tono del encuentro como “una reunión de viejas amigas” que “intercambiaron experiencias” sobre el punto en común entre ambas: la “persecución no solo contra dirigentes políticos sino también contra empresarios”.
Además, coincidieron en que en esto “nada tiene que ver la lucha contra la corrupción” que pregonan los funcionarios de gobierno y se comprometieron a seguir juntas las eventualidades de lo que ocurra.